Probablemente no debería decir esto pero a veces me siento muy asustada cuando pienso en el anterior noviazgo que compartimos, era impresionante pero lo perdimos. Es imposible para mi que no me importe, ahora estamos parados bajo la lluvia pero nunca nada va a cambair hasta que me escuches. Las 7 cosas que odio de ti: eres orgulloso, tus juegos, eres inseguro me amas, te gusta ella me haces reír me haces llorar no se que lado comprar tus amigos son idiotas y cuando actúas como ellos solo se que duele. Quiero estar con el chico que conozco. y la séptima cosa que odio mas de vos me haces amarte. Es vergonzoso y silencioso, lo que yo espero que me digas, lo que quiero que escuchar ahora es una sincera disculpa y cuando lo digas te creeré. Si lo escribes lo borraré, seamos claros no voy debo volver estas tomando 7 pasos aquí En comparación con todas esas cosas buenas que tomarían demasiado tiempo para escribir probablemente deria de mencionar las 7 que más me gustan. Las 7 cosas que me gustan sobre ti tu sonrisa, tus ojos tus abrazos y cuando nos besamos quedo hipnotizada me haces reír me haces llorar pero supongo que tendré que comprar los dos lados, tu mano en la mía cuando estamos juntos todo esta bien quiero estar con el chico que conozco y la séptima cosa que me gusta mas de vos me haces amarte.

Y si el mundo se acaba yo solo me quiero morir a tu lado.

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Como volar, como soñar con ángeles como abrazar la gloria, como acostarse sobre el mar como vibrar, como meterse en ese flash como llegar a Dios, así se siente cuando estás.

Iluminame en esta eterna noche acomodame el alma, yo sólo siento cuando estás.

Es que te amo y lo demás ya no importa.

Quiero llorar, quiero llorar una semana seguida, llorar un mes si es necesario. Pero que en cada lágrima se vaya esta angustia, que en cada segundo se vaya una parte de vos en mi. No quiero que te vayas de mi pero aferrarme a vos me hace mal, me destruye poco a poco. Cada momento un poco más.

Te pido un favor desde dónde estés, no me dejes, no me sueltes, puedo enloquecer.

# Te invito a que me invites esta noche al pecado que jamás yo te invité, te pido a que te abstengas de reproches si todos mis defectos ya los sé.

# Lamento no haber sido lo mejor para vos.

A veces creo que te olvido, y mira si no es cruel el destino, que el corazón se empeña en recordar. Por la noche suelo despertar y aunque no recuerde mi sueño, sé que en él habías de estar. A veces creo que te olvido, y no sé si te olvido en realidad, o es tanto lo que este sentimiento me abruma en esta mi soledad. Por que aun cierro los ojos y te veo a mi lado, aun cierro los ojos y vuelvo a vibrar, al sentirme abrazada a ti, al sentir que nada puede salir mal. A veces creo que te olvido, pero a mi alma se le olvida olvidar. Por que aun ruego un minuto de tu vida, el sentimiento me traiciona y termino por llorar. Y dicen que no tengo remedio y en realidad no sé si es verdad, solo sé que busco una salida y no la puedo encontrar. A veces creo que te olvido y apareces justo frente a mí, y no sé si empiezo a odiar el primer día que te vi o a maldecir el día que te perdí y te fuiste de mí. A veces creo que te olvido y me parece que tú lo haces también, si es así no me olvides por completo, si es así piénsalo bien. No quisiera creer que te niegas a ti mismo que algo tan bello pudo pasar, pues me duele en el alma saber que desearías mejor poderme odiar. A veces creo que te olvido y termino por creer que estoy ligada a ti, de algún modo, y pienso que no es tan malo pues aun no te puedo olvidar; ¿Y sí tu también estas ligado a mí? No puede ser tan malo pues recuerda que somos “lo mejor de lo peor que nos ha pasado”. A veces creo que te olvido y sabes, mi ser grita cuanto te amo y me pide que lo esconda, pero me exige que no me lo niegue. Y vuelvo a preguntarme si aun sientes lo mismo que yo. Y vuelvo a desear que llegues y añorar lo que ya paso. A veces creo que te olvido y es mi mente la que empieza a imaginar, que un día en algún momento te he de poder amar. Y no es que viva del pasado, y no es que la vida se me vaya en lamentar pero a veces siento como si no importara, lo que un día se hizo realidad.

Es costumbre aferrarse a las personas, a los lugares, a las vivencias, es difícil aprender a vivir sin ellas. Y hoy te duele dejarlo ir. Aprender a desprenderse, se puede: nada ni nadie es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad.

Parece que fue ayer cuando vi tu cara por última vez. Tanto tiempo después sigo esperando tener una segunda oportunidad para reparar el daño causado. Si pudiese te sujetaría entre mis brazos, curaría tu dolor, deseando hacer lo que sea necesario para poder volver a escuchar tu voz. Pedirte al menos perdón por no haber hecho lo que debí hacer, por culparte de todo lo que me dolía en el alma. Poder agradecerte, o mirarte a los ojos por última vez, tener la esperada despedida o sostener una charla en silencio, un silencio que comprende las lágrimas que derramamos. No imaginas como te he extrañado todo este tiempo que no has estado cerca. Ya no queda tiempo, ni arrepentimientos que valgan, lo que tuvimos fue lindo, fue lo mejor...mientras duró.

Aprendí que todos estamos esperando un sí. Todos buscamos alguna puerta abierta, todos tratando de encontrar la llave que abre la puerta al paraíso. La gran mayoría ignorando lo que no ven sus ojos, pensando que su mundo son ellos, girando en sus burbujas sin saber, sin comprender, sin aceptar al otro, sin aceptar la otra realidad, sin conocer la otra cara de la moneda... Todos mintiéndose a si mismos, todos iguales.

No tengo por donde empezar, pero se que hay un final marcado. Hubiese preferido que el tiempo no decida, que las cosas no pasaran porque sí y que aprender de los errores sea simplemente un error más.

Te extraño pero lo disimulo re piola.