
Caigo, vuelvo a caer incluso más fuerte que la vez anterior.
Miro todo desde mi pequeña parcela de de suelo y fango, todo es tan grande e inmensamente aterrador que necesito dar aún más de lo que hay. Es entonces cuando me levanto, poco a poco, y sin dudar un segundo, miro a la cara a la vida, esa que no para, esa que con su reloj va destruyendo días y sueños, y le digo que, una vez más, quiero vivirla con todas las consecuencias...
No hay comentarios:
Publicar un comentario